martes, 15 de marzo de 2011

Energia nuclear



España es el único país de la Unión Europea (UE) en el que operan reactores nucleares de agua en ebullición, el mismo tipo que utiliza la instalación japonesa de Fukushima, la cual está sufriendo varios problemas tras el terremoto y el tsunami que asolaron el noreste de Japón el pasado viernes. Se trata de las plantas de Cofrentes (Valencia), inaugurada en 1984, y Santa María de Garoña (Burgos), que entró en servicio en 1971, el mismo año que empezó a operar la mencionada planta de Japón. En Europa, pero fuera de la UE, Suiza cuenta también con dos centrales nucleares de agua en ebullición, una tecnología diseñada por la compañía General Electric en los años cincuenta y alternativa a los reactores de agua a presión, más habituales. "No hay ninguna indicación de que una tecnología sea más segura que la otra", afirmó este lunes un alto funcionario europeo del sector, que insistió en que el hecho de que el accidente de Japón se haya producido en una central de agua en ebullición no quiere decir que ese modelo sea más peligroso. Respecto a la antigüedad de las instalaciones, este experto recordó que la central de Fukushima tenía un periodo de funcionamiento estimado en un principio en 40 años, por lo que vencía precisamente en 2011. En España, la central de Garoña, con la misma edad, tiene previsto su cierre en 2013. Esta fuente indicó que las licencias de las centrales en Europa se conceden habitualmente por un máximo de entre 30 y 40 años, con posibilidad de prolongarlas. Actualmente, los expertos internacionales barajan la cifra de 60 años como tope y estudian las posibilidades de ir más allá, señaló.
Falta de electricidad
Según recordó el experto, el problema en Fukushima fue la falta de electricidad para mantener los sistemas de refrigeración operativos, primero por el fallo de las fuentes usadas normalmente y luego por el de los generadores diesel de emergencia, que sólo funcionaron durante alrededor de una hora, presuntamente a causa del tsunami posterior al seísmo. Las centrales europeas, según explicó, también tienen en su mayoría sistemas diesel para generar electricidad en caso de problemas, aunque algunas también están conectadas a otras plantas -por ejemplo de combustión de gas- que pueden facilitarles energía. Según este experto, uno de los asuntos que los Veintisiete estudiarán en la reunión extraordinaria que mantendrán este martes es la preparación de las infraestructuras europeas ante una caída masiva en la red eléctrica, tal y como sucedió en Japón con el terremoto.
Fuente:20minutos

lunes, 21 de febrero de 2011



ELEMENTOS
GENERADOR SOLAR: conjunto de paneles fotovoltaicos que captan energía luminosa y la transforman en corriente continua a baja tensión.
ACUMULADOR: Almacena la energía producida por el generador. Una vez almacenada existen dos opciones:
  • Sacar una línea de éste para la instalación (utilizar lámpara y elementos de consumo eléctrico).
  • Transformar a través de un inversor la corriente continua en corriente alterna.
 REGULADOR DE CARGA: Su función es evitar sobrecargas o descargas excesivas al acumulador, puesto que los daños podrían ser irreversibles. Debe asegurar que el sistema trabaje siempre en el punto de máxima eficacia.
INVERSOR (opcional): Se encarga de transformar la corriente continua producida por el campo fotovoltaico en corriente alterna, la cual alimentará directamente a los usuarios.
Un sistema fotovoltaico no tiene porque constar siempre de estos elementos, pudiendo prescindir de uno o más de éstos, teniendo en cuenta el tipo y tamaño de las cargas a alimentar, además de la naturaleza de los recursos energéticos en el lugar de instalación.

La energía solar fotovoltaica se basa en la captación de energía solar y su transformación en energía eléctrica por medio de módulos fotovoltaicos.